9 Consejos para empezar a practicar Hatha Yoga

 

Si estás leyendo esto, seguramente, es porque estás pensando en empezar a practicar yoga o hace poco que estás haciendo clases. Sea como sea… ¡Te damos la bienvenida a este maravilloso camino!

En este post queremos darte nueve consejos que creemos que te podrán ayudar en tu práctica. 

  1. Solo necesitas tu cuerpo.

Si te apetece empezar a practicar yoga no lo pospongas por falta de materiales específicos o ropa a la última moda. En yoga solo necesitas tus ganas y un espacio tranquilo.

Si le das continuidad a practicar tendrás tiempo para invertir tanto como necesites.

Mientras tanto, utiliza ropa que ya tengas, ropa ancha, que no apriete, a ser posible, sin demasiadas cremalleras ni botones y opta por tejidos ligeros y transpirables. ¡Seguro que tienes la típica camiseta que utilizas para estar por casa, pues no busques más, esa será perfecta!

  1. Escoge bien.

Hay muchos tipos de yoga y niveles de clases. Es importante que escojas un tipo que te permita avanzar progresivamente. Y si tienes dudas, pregunta, déjate asesorar y prueba antes de decidir.

Si empiezas con sesiones de nivel avanzado, corres el riesgo de abandonar, ya sea por frustración, o lo que es mucho peor, por una lesión.

La práctica de yoga necesita de una gran conciencia corporal y eso solo se consigue con calma y la guía de un/a buen/a maestro/a.

Dale tiempo a tu mente y a tu cuerpo, si empiezas la casa por los cimientos avanzarás en una práctica mucho más segura.

  1. Sé paciente.

Roma no se construyó en un día y tu cuerpo, quizá no responda tan rápido como a ti te gustaría.

Muchas personas tienen una gran tendencia a la autocrítica y el sabotaje interno, y al iniciarse en yoga conectan rápidamente con la frustración y el “Yo no puedo”. Ponen todo su foco en aquellas cosas que todavía no pueden hacer, sin fijarse en todas aquellas en las que su cuerpo SÍ está respondiendo y trabajando correctamente.

Para evitar caer en la impaciencia fija tu atención en lo que tu cuerpo te permite sentir y hacer, y siente la fortuna de poder realizar todos esos movimientos. 

  1. Abajo tus expectativas

Estamos bombardead@s, especialmente en redes sociales, por imágenes y frases que nos sugieren que el yoga es el camino hacia el bienestar real. Y es cierto, pero también lo es que el camino es largo, y que el trabajo físico es solo una parte de lo que realmente es Yoga. 

Hay personas que rápidamente experimentan una gran conexión, con su cuerpo, su mente y la práctica en sí, pero otras muchas tardan tiempo en sentirlo, así que una vez más paciencia y calma.

  1. No te compares.

Las comparaciones son cosa del ego y las posturas de yoga o asanas son mucho más imitar un movimiento o pose. Por eso, cuando estamos en clase y observamos a otra persona practicando y lo intentamos imitar, tanto si lo logramos como si no, estamos limitando nuestra práctica solo a la parte más externa de nuestro cuerpo. Nos estamos alejando de la esencia real de lo que busca cada asana de hatha yoga. Estas buscan el cómo se siente esa postura en nosotros, no en cómo se ve desde fuera. Nos invita a sentirla en nuestro físico, en la respiración y en nuestra mente.

En nuestro estilo de Hatha yoga recomendamos practicar con los ojos cerrados el máximo de tiempo posible, es un truco infalible para centrarse al cien por cien en sentir tu cuerpo y todo lo que te tiene que decir.

  1. No comas ni bebas antes ni durante.

Si puedes evitar comer las dos o tres horas previas a la práctica de yoga, te sentirás mucho mejor en tu clase. Especialmente si se trata de comidas abundantes y copiosas. 

En caso de que necesites comer, opta por frutas, verduras y cosas ligeras.

Tampoco queremos causar alarma, comer antes de hacer yoga no entraña ningún riesgo para tu salud, pero puede resultar incómodo en determinadas posturas, ya que el estómago se ve presionado y esto puede provocar sensaciones desagradables.

Con la bebida es ligeramente diferente, nunca debemos llegar a la deshidratación, así que bebe agua si sientes sed. Pero piensa que quizá tu vejiga te pedirá ir al wc en mitad de la clase y esto tampoco es muy recomendable.

  1. Disfruta se Shavasana o pose final

La posición final Shavasana, a pesar de parecer simplemente un descanso, resulta ser el asana más importante de nuestra práctica. Muchos Yoguis la han considerado el asana más compleja de yoga. De hecho, toda la clase que realices va enfocada a calmar tu mente para poder realizar esta última como es debido.

Así que intenta no saltártela, dedícale al menos cinco minutos al finalizar tu clase y disfruta de ese momento, dejando para más tardes los pensamientos que se crucen en tu mente.

  1. Mantén una práctica regular

Cocinar una vez al mes no te hace cocinero, es hacerlo en el día a día lo que te llevará a dominar los fogones. Pues esto es lo mismo.

Si encuentras una o dos horas semanales para dedicarle a tus sesiones de yoga, hazlo. Prioriza esa actividad, comprométete contigo y hazlo durante un largo periodo, es así como podrás sentir y vivenciar realmente lo que el yoga puede representar en tu vida.

Quizá al notar pequeños y grandes cambios te animas a encontrar más espacios, y terminas optando por una práctica diaria, aunque sean sesiones más cortas.

  1. Elimina distracciones

Si practicas en casa, busca un lugar tranquilo, y si vives con más personas, avisa para evitar interrupciones y mantén los dispositivos móviles en silencio. Se trata de evitar al máximo elementos que distraigan a tu mente, ya que, por regla general, nos es muy fácil perder la concentración.

Si practicas en un centro de yoga y este tiene vestuario, evita tener tus cosas en el suelo cerca de ti. Esto genera ruido visual y desorden. Está comprobado que la mente se concentra mucho mejor en espacios armónicos, así que vamos a intentar ponérselo fácil.

A no ser que estés esperando alguna noticia de vital importancia, evita tener el móvil dentro de la sala, y si utilizas relojes sincronizados con tu teléfono dejarlo también con el resto de tus cosas. 

Prioriza ese momento para ti y tu cuerpo y deja para después todos los estímulos que te puedan llegar del exterior.

 

Y hasta aquí nuestras recomendaciones, seguro que te ayudan a empezar con una visión más clara tus primeras sesiones.

Y si ya eres practicante, ¿crees que nos hemos dejado algún buen consejo, añadirías algo más a nuestra lista? 

Y si te apetece, comparte tus opiniones, que nos encanta leerte.

 

Nos vemos en clase.

¡Namasté!

 

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