Cierra tus ojos mientras practicas. Esta es una recomendación que quizá hayas escuchado si has asistido a alguna clase de Hatha yoga online o presencial. ¿Pero, realmente hay que hacerlo?
En este post queremos explicarte algunos de los beneficios que nos aporta este gesto tan sencillo.
Antes de empezar a hablar de los beneficios directos debes saber que el Hatha yoga tradicionalmente se practica con los ojos cerrados. Para la persona que empieza a practicar puede resultar muy extraño al principio, y es que la vista es el sentido en el que más confiamos, pero este pequeño detalle puede marcar una gran diferencia en tus sensaciones, aportar muchos beneficios y además tiene un papel fundamental en la esencia de esta práctica.
Hay asanas donde forzosamente tendrás que abrir tus ojos, a no ser que quieras terminar desparramándote por el suelo. Este es el caso de las asanas que ponen a prueba el equilibrio, en esas posturas necesitarás buscar un enfoque y fijar la mirada en un punto para estabilizarte. Pero al margen de estas posturas de equilibrio puedes realizar toda la clase con los ojos cerrados y abrirlos solo en esos momentos en que necesitas asegurarte que estás en la posición correcta.
Te damos cinco razones por las que debes practicar Hatha yoga con los ojos cerrados:
1. Te ayuda a escucharte y conocer tu cuerpo
Lo más común al iniciar la clase es que la cabeza se vaya a la lista interminable de cosas pendientes que tienes por hacer, de hecho, tu mente lo intentará todo el rato, es normal. Observar esos pensamientos ya es parte del proceso de autoconocimiento.
¿Qué te preocupa?
¿Qué pensamientos se repiten sin parar…?
¿Qué conversación se ha quedado a medias, o que debería haberle dicho a tal o cual persona?
Estos fogonazos mentales son pistas que te hablan de tu estado.
Con los ojos abiertos tendemos a evadir esos pensamientos sin prestarles atención, sin realmente hacerles caso, ese es un motivo por el que muchas veces no dejan de resonar en nuestra cabeza, estamos todo el rato diciéndole “luego te atiendo” y quizá solo quieren ser vistos y que le des carpetazo mentalmente.
Además el sentido de la vista no solo nos proporciona estímulos visuales, si no que también nos despierta sensaciones y emociones que debemos dejar de lado durante la práctica para que no nos dispersen y podamos concentrarnos en la esencia de cada asana, tanto en la parte técnica de esa postura, como en lo que sentimos al realizarla.
También aprenderás a conocer tus límites, con los ojos cerrados sentirás realmente que te quiere decir tu cuerpo en la parte más física, quizá se queja, o quizá te sorprenda y si te relajas consigas cosas que no imaginabas.
2. Tendrás un mayor control postural
Cerrar los ojos ayuda a desarrollar más la capacidad de controlar nuestro cuerpo.
Si ya has practicado hatha yoga, quizá hayas sentido alguna vez qué quieres corregir una zona corporal, como por ejemplo un hombro, y al no tener automatizado el ejercicio cuesta horrores que esa zona del cuerpo te haga caso. Pues si cierras los ojos el sistema nervioso se vuelve más eficiente y puede realizar movimientos más precisos y tareas más sofisticadas.
3. Mejora la concentración
Cuando los ojos están cerrados las distracciones son menores, y eso facilita que la actividad cerebral disminuya y puedas concentrarte en lo que estás haciendo.
La vista es el sentido que más procesos mentales genera por todos los estímulos que nos llegan a través de los ojos.
¿Te has encontrado alguna vez cerrando los ojos para poder escuchar mejor un sonido lejano?
Es una acto inconsciente que realiza nuestro cuerpo ya que sabe que de esa forma nuestro cerebro puede utilizar más capacidad para realzar otros sentidos, en este caso el sentido del oído.
4. Reduce el estrés
La cantidad de datos procesados en la retina y el nervio óptico es la más grande que se conoce en el campo biológico por eso el cerebro tiene que responder a toda esa información, y esos miles de estímulos que nos llegan constantemente.
Darle un descanso a tus ojos hará que tus niveles de estrés bajen. Y ya de paso los liberarás de la sobreexposición a luz artificial y dispositivos electrónicos.
5. Prepara la mente para la meditación
De hecho cuando estamos gran parte de la clase con los ojos cerrados ya estamos realizando una cierta meditación en movimiento. Esto prepara nuestro cuerpo y mente para alcanzar un estado meditativo mucho más profundo.
En definitiva acostumbrarse a una práctica de yoga con los ojos cerrados te hará conocerte, mejorará tu progreso en la práctica y descubrirás una manera de reconectar con tu interior.
Nos vemos en clase!
Namasté!