Tratak, es un término sánscrito que significa contemplar u observar.
Se trata de una técnica de concentración que nos aporta grandes beneficios al practicarla. Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad es la falta de capacidad para ordenar y controlar nuestros pensamientos y más, cuando estos nos provocan angustia o malestar. Tratak, y la meditación en general, nos ayuda, entre otras cosas, a calmar la mente y poner cada idea en el lugar y darles la importancia que realmente tienen.
¿En qué nos ayuda Tratak?
- Induce el sueño
- Mejora el insomnio
- Facilita la meditación
- Relaja la mente
- Libera tensión ocular
- Limpia los ojos
- Equilibra el sistema nervioso
- Mejora la memoria
Ya hemos mencionado en alguna ocasión que la vista es el sentido que más pensamientos genera por el gran estímulo cerebral que genera, así que, controlando la mente, vamos a reducir la actividad mental y así nos encontraremos más en paz y armonía.
¿Cómo practicarlo?
Se aconseja hacerlo utilizando la llama de una vela, también puede utilizarse un objeto o un dibujo, todo depende de tus preferencias o de lo que encuentres por casa.
También, al ser un espacio en el que necesitas concentrarte, sería importante evitar las interrupciones. Elige un sitio acogedor, puedes preparar el espacio con algún olor, quemar un poco de palo santo o incienso para ambientar el momento y si quieres una música bonita de fondo.
Adopta una postura de meditación empleando un cojín o soporte para sentarte, lo ideal es mantenerse erguido en esta posición, pero si para ti esta postura no es cómoda puedes apoyar la espalda en la pared, si eso te sirve de ayuda.
La temperatura ha de ser cálida y si quieres, una buena opción es arropar tu cuerpo para evitar coger frío durante este rato.
Si el objeto elegido es una vela, lo idóneo sería que al estirar el brazo la puedas manipular fácilmente, por ejemplo, para encenderla. Procura que no haya corrientes de aire que influyan en la propia estabilidad de la llama. Siempre que sea posible estaremos en penumbra para aumentar la nitidez de la llama al mirarla.
Puedes utilizar un soporte para colocar la llama de la vela a la altura de los ojos, pero nuestra recomendación, es que esté en el suelo para que los párpados estén semicerrados, facilitando así que el campo visual sea más reducido, induciendo al descanso de los párpados.
Comienza con los ojos cerrados intentando en los primeros instantes acomodar bien el cuerpo para que este esté estático durante la práctica. Intenta no dar importancia a los pensamientos y concéntrate en la respiración sin modificarla. Ahora puedes entreabrir los ojos y dejar que la mirada descanse en la llama.
Notarás cómo poco a poco el parpadeo va cesando y es muy probable que lleguen lagrimeos y posiblemente bostezos muy profundos. El parpadeo poco a poco va cesando.
Notarás que el fuego tiene un gran poder de concentración para tu mente y comienza a agradecer el momento.
La respiración ya será muy lenta y profunda. Después de unos minutos se produce un efecto óptico y al cerrar los ojos podrás observar esa misma llama dibujada en el interior de tu cráneo, si fuese necesario, vuelves a abrir los ojos y repites la técnica.
A partir de este momento ya puedes decidir el tiempo que quieres estar meditando.
Mientras más practiques este ejercicio más preparada estará tu mente para concentrarse. ¡Nos vemos en clase!
Namasté